Hace aproximadamente un ao que muri la primera gata que he tenido en mi vida (hasta entonces en casa de mi madre siempre habamos tenido perros). Un par de aos antes publiqu su historia en un foro, la repet pocos meses antes de su muerte en otro y hasta hoy no he tenido la fuerza de volver a leer su historia. Hoy, aunque todava se me hace un nudo en la garganta, vuelvo a publicar, quiz por ltima vez, la historia de Cleo
Las vidas de un gato
Siempre he pensado que es verdad, que los gatos tienen ms de una vida, pues de otra manera no habra explicacin racional a historias como sta. O quiz s?
Un buen da ella sali de casa para hacer la compra. Viva en una pequea colonia que se encuentra a unos minutos andando del centro del pueblo. Un lugar tranquilo, de casas bajas, y donde la paz se respira en cada bocanada de aire.
Al salir de casa vio a un pequeo gato agazapado en mismo centro de la calle, pero no se sorprendi, pues en la zona haba muchos gatos callejeros.
Hizo la compra.
Y volvi a casa.
Y, tras ms de una hora, pudo ver que aquel animal no se haba movido del sitio, lo que le hizo pensar que, quiz, no se encontrara bien.
Al acercarse, se sorprendi de que el gato no saliera huyendo, algo habitual en los animales callejeros, tan habituados a la paliza y la pedrada por parte de aquellos que, en un ejercicio de absoluta incapacidad mental, se consideran mejores que los animales a los que torturan. En vez de eso, el gato permaneci inmvil, y permiti que ella se acercara hasta poder ver perfectamente su cara.
Y que cara.
Llena de pus, con un ojo cerrado y lleno de legaas, y todo l hecho un saco de huesos. Con demasiada hambre hasta para desconfiar.
As que ella decidi tomar al animal entre sus brazos, y tras descubrir que, en realidad, se trataba de una fmina, la llev hasta casa con la intencin de darle algo de comer.
Y desde luego que comi. Comi por el hambre del da, de la semana, y seguramente de toda la vida.
Ella no se conform, y decidi limpiar su cara, pese al riesgo de uas y dientes.
Hecho esto, y viendo que la infeccin tena un aspecto realmente malo, decidi llevar a Cleo (Cleopatra, pues ese fue su nombre) al veterinario del pueblo, quien tras realizar cuantiosas pruebas, y con el dolor que sufre alguien que quiere a los animales al decir algo as, procedi a informarla sobre lo que haba visto.
El informe habra puesto los pelos de punta a muchos:
.- El tabique nasal estaba prcticamente deshecho por culpa de la infeccin, y pronto se hundira ahogando a Cleo.
.- El ojo de Cleo estaba bastante mal por culpa de la infeccin, por lo que acabara por perderlo en poco tiempo.
.- Los huesos de Cleo eran dbiles, pues el cancer haba empezado a roerlos.
.- La cavidad torcica de Cleo era muy pequea, por lo que, al crecer, el corazn terminara por explotar.
Ante tal diagnstico, el veterinario solo supo recomendar un tratamiento, que se resumi en las siguientes palabras:
.- Si queris hacer algo por ella, procurad que sus ltimos das sean felices, que se vaya con un buen recuerdo.
Y as, con semejantes perspectivas, ella tom a la gata entre sus brazos, la llev a casa, y decidi que era eso lo que hara, hacer que lo poco que le quedaba de vida a Cleo fuera mejor de lo que haba tenido hasta entonces.
La dio de comer, la cepillo, limpi sus heridas, jug con ella, y as da tras da, esperando el desenlace.
Sin embargo algo extrao pas, pues an cuando todo apuntaba a que Cleo morira muy pronto, la gata decidi llevar la contraria a la razn y no morirse.
En lugar de ello, y como si cada cuidado, cada cario, cada caricia, fuera un poco de la medicina que necesitaba para recuperarse, fue levantndose, y contra todo pronstico todo aquello que pareca insalvable fue desapareciendo.
Aquello ocurri en 1.995,
Vivimos en 2.006
"ella", es mi madre,
y Cleo an sigue aqu, en casa.
Algunas noches, cuando llego cansado a casa y ella al verme empieza a frotarse con mis tobillos, pienso que estoy muy cansado, que he tenido un da de mucho trabajo, y que lo ltimo que me apetece hacer es ponerme a jugar con ella.
Pero luego recuerdo la historia, recuerdo que, si est aqu, es precisamente por eso, y tras sacudirme la pereza y ponerme a juguetear con ella y a dejar que muerda mi mano, me doy cuenta de cuanto he aprendido de su historia, y de lo bien que me siento al poder jugar con ella.
Cada vez que hablo con Paco (el veterinario) sobre Cleo, l no duda en afirmar (con una sonrisa de oreja a oreja), que gracias a Cleo cree en los milagros, y que desde entonces no ha dejado de dedicar hasta el ltimo suspiro por cualquier animal, por muy mal que ste est. Si con Cleo fue as, puede serlo con cualquiera.
David
---
Como deca al principio del post, poco despus de publicar este mensaje por segunda vez Cleo decidi, otra vez, llevarme la contraria, pero esta ltima para mal. Y se muri. No dir que fue la primera ni la segunda vez que llor por la prdida de un miembro animal de la familia. Pero s que precisamente por su historia Cleo pareca tener ciertas trazas de eternidad, as que fue una dura revelacin saber que era mortal.
La echo tanto, tanto, tantsimo de menos...
D.
Las vidas de un gato
Siempre he pensado que es verdad, que los gatos tienen ms de una vida, pues de otra manera no habra explicacin racional a historias como sta. O quiz s?
Un buen da ella sali de casa para hacer la compra. Viva en una pequea colonia que se encuentra a unos minutos andando del centro del pueblo. Un lugar tranquilo, de casas bajas, y donde la paz se respira en cada bocanada de aire.
Al salir de casa vio a un pequeo gato agazapado en mismo centro de la calle, pero no se sorprendi, pues en la zona haba muchos gatos callejeros.
Hizo la compra.
Y volvi a casa.
Y, tras ms de una hora, pudo ver que aquel animal no se haba movido del sitio, lo que le hizo pensar que, quiz, no se encontrara bien.
Al acercarse, se sorprendi de que el gato no saliera huyendo, algo habitual en los animales callejeros, tan habituados a la paliza y la pedrada por parte de aquellos que, en un ejercicio de absoluta incapacidad mental, se consideran mejores que los animales a los que torturan. En vez de eso, el gato permaneci inmvil, y permiti que ella se acercara hasta poder ver perfectamente su cara.
Y que cara.
Llena de pus, con un ojo cerrado y lleno de legaas, y todo l hecho un saco de huesos. Con demasiada hambre hasta para desconfiar.
As que ella decidi tomar al animal entre sus brazos, y tras descubrir que, en realidad, se trataba de una fmina, la llev hasta casa con la intencin de darle algo de comer.
Y desde luego que comi. Comi por el hambre del da, de la semana, y seguramente de toda la vida.
Ella no se conform, y decidi limpiar su cara, pese al riesgo de uas y dientes.
Hecho esto, y viendo que la infeccin tena un aspecto realmente malo, decidi llevar a Cleo (Cleopatra, pues ese fue su nombre) al veterinario del pueblo, quien tras realizar cuantiosas pruebas, y con el dolor que sufre alguien que quiere a los animales al decir algo as, procedi a informarla sobre lo que haba visto.
El informe habra puesto los pelos de punta a muchos:
.- El tabique nasal estaba prcticamente deshecho por culpa de la infeccin, y pronto se hundira ahogando a Cleo.
.- El ojo de Cleo estaba bastante mal por culpa de la infeccin, por lo que acabara por perderlo en poco tiempo.
.- Los huesos de Cleo eran dbiles, pues el cancer haba empezado a roerlos.
.- La cavidad torcica de Cleo era muy pequea, por lo que, al crecer, el corazn terminara por explotar.
Ante tal diagnstico, el veterinario solo supo recomendar un tratamiento, que se resumi en las siguientes palabras:
.- Si queris hacer algo por ella, procurad que sus ltimos das sean felices, que se vaya con un buen recuerdo.
Y as, con semejantes perspectivas, ella tom a la gata entre sus brazos, la llev a casa, y decidi que era eso lo que hara, hacer que lo poco que le quedaba de vida a Cleo fuera mejor de lo que haba tenido hasta entonces.
La dio de comer, la cepillo, limpi sus heridas, jug con ella, y as da tras da, esperando el desenlace.
Sin embargo algo extrao pas, pues an cuando todo apuntaba a que Cleo morira muy pronto, la gata decidi llevar la contraria a la razn y no morirse.
En lugar de ello, y como si cada cuidado, cada cario, cada caricia, fuera un poco de la medicina que necesitaba para recuperarse, fue levantndose, y contra todo pronstico todo aquello que pareca insalvable fue desapareciendo.
Aquello ocurri en 1.995,
Vivimos en 2.006
"ella", es mi madre,
y Cleo an sigue aqu, en casa.
Algunas noches, cuando llego cansado a casa y ella al verme empieza a frotarse con mis tobillos, pienso que estoy muy cansado, que he tenido un da de mucho trabajo, y que lo ltimo que me apetece hacer es ponerme a jugar con ella.
Pero luego recuerdo la historia, recuerdo que, si est aqu, es precisamente por eso, y tras sacudirme la pereza y ponerme a juguetear con ella y a dejar que muerda mi mano, me doy cuenta de cuanto he aprendido de su historia, y de lo bien que me siento al poder jugar con ella.
Cada vez que hablo con Paco (el veterinario) sobre Cleo, l no duda en afirmar (con una sonrisa de oreja a oreja), que gracias a Cleo cree en los milagros, y que desde entonces no ha dejado de dedicar hasta el ltimo suspiro por cualquier animal, por muy mal que ste est. Si con Cleo fue as, puede serlo con cualquiera.
David
---
Como deca al principio del post, poco despus de publicar este mensaje por segunda vez Cleo decidi, otra vez, llevarme la contraria, pero esta ltima para mal. Y se muri. No dir que fue la primera ni la segunda vez que llor por la prdida de un miembro animal de la familia. Pero s que precisamente por su historia Cleo pareca tener ciertas trazas de eternidad, as que fue una dura revelacin saber que era mortal.
La echo tanto, tanto, tantsimo de menos...
D.
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blanco y negro .. y tambien se me murio..
es increible la falta que te hacen cuando ya no estan ...
que estes bien.. y exitos
tambien tengo un gatito. pero no es nada bonito como el de la foto!
es un gato de la calle, con heridas y feo
pero lo amo