Cuando planee mis vacaciones, aparte de descansar harto, dormir, leer y jugar videojuegos, consideré sacar mi cleta y recorrer. Una semana antes, me robaron mi bicicleta (penita). Fue lo peor, no pude hacer nada, llegué y no estaba. Impotencia. Pero bueno, lo tomé como la oportunidad de comprar una mejor, y con mucha ayuda logré comprar una. Estaba feliz y ansioso de estrenarla. Con todo, partí a algarrobo con mi familia. Llegué, y las ganas de descansar fueron más. El clima no acompañaba, la flojera tampoco ayudaba mucho, y me di cuenta que tanto era el estrés que tenía, que no tenía ganas ni de moverme. Pero gracias a @zoeypon que me dio a entender que tenía que salir igual. Y fue la mejor decisión. Porque pude ver esto.
Todo bien, salí algunos días más, hasta que me caí en la cleta. Nada grave, pero tuve una herida más o menos. Pero lo peor fue que descalibraron los cambios, y no tenía las herramientas! Perdí 3 días, entre recuperarme, conseguir las herramientas y arreglarla. Pensé en no subirme más y dejar de salir. Después de caer, da miedo volver a pararse (literal y metafóricamente), pero entendí que una caída nunca debe ser excusa para seguir (de nuevo literal y metafóricamente), así que aquí estoy de nuevo, sintiendo la brisa marina y escuchando al imponente océano, con un parche y querida cleta.